Como un reloj, cuadrando las horas, los minutos y los segundos, afrontamos los últimos días de este 2019 ya ubicados en Palo Alto ... de nuevo, después de los tres últimos años en España (2017 Granada, 2018-18/12/2019 Madrid).
El final del principio de una etapa, de un plan trazado que ha cubierto los últimos 1095 días y en los que se ha trabajado como si fuera un plan anual y que sinceramente ha pasado como si hubiera sido un año, no más.
Parece que nada ha cambiado en Silicon Valley (o es mi sensación al haber estado viniendo de vez en cuando), pero en realidad ha cambiado todo, solo que se mantienen la mayoría de players. Parece que fue ayer cuando en 2012 Domingo y yo recibíamos nuestros primeros mineros en las oficinas de Sunnyvale y los poníamos a trabajar. Sí, sí, han leído bien ... 2012 !!!
Piensen que ese mismo año la plataforma Pademobile en México permitía pagar con monederos Coinbase y Blockchain integrados en miles de comercios en México, haciendo liquidación en divisa local para los comercios, lo que ayudaba bastante a la adopción como medio de pago del bitcoin.
Hoy el protagonismo ya no lo tiene bitcoin, sino blockchain como tal. Casi podría decir que más perfiles legales que técnicos se han apoderado del discurso (creo que eso es bueno ya que aporta visión y valor, por lo menos una visión y valores diferentes a los única y exclusivamente técnicos) y como pasa casi siempre en esto de la innovación, mucho experto en porno que no ha follado en la vida, eso no cambia.
Pademobile en 2012 permitía pagar con monederos Coinbase y Blockchain integrados en miles de comercios en México.
También es cierto que si en 2016 cualquier cosa con el apellido fintech merecía ser escuchado y hoy no, hoy no es así. Hoy se filtra mucho más y otros verticales como IoT, mobility, lifestyle o alternative energy pelean por su parte del pastel. Igual aquí, que en España o México.
Esto, para los que llevamos ligados al sector financiero y fintech en lo particular toda la vida, no deja de ser una gran oportunidad y como no podía ser de otra manera, hay que aprovecharla.
Los buenos proyectos son como la energía
No mueren, no se destruyen, se transforman. Eso sí a diferencia de la energía, estos hay que crearlos. Pero una vez creados, son de uno, le pertenecen a uno, se fusionan con tu ADN y es imposible quitártelos de encima porque todo lo que haces, básicamente es para alimentar ese pedazo de energía creada.
Eso es en lo que he estado trabajando estos 1095 días, mi último "año" en España, he estado transformando el trabajo empresarial, de negocio y técnico de los últimos 12 años, en el proyecto de open banking más atractivo del mundo en lo que a inclusión financiera y bancarización se refiere.
Los buenos proyectos, dejan herencias y esas hay que saber aprovecharlas. Con nuevos compañeros de viaje a nivel societario, prácticamente la misma primera línea directiva y las mismas ganas, nos disponemos a enseñar al mundo el trabajo de los últimos 1095 días. A bombo y platillo que se diría en España o a cacarearlo sin más, como se diría en México.
Ahora vamos a terminar de organizar los detalles del arranque de año, ha disfrutar haciéndolo mientras la familia se acomoda en el nuevo barrio y ha disfrutar de lo que queda de estas navidades, para arrancar el año más fuertes que nunca e iniciar una nueva etapa mediática.
Apuesto por que este 2020 va a pasar rápido, solo tiene 365 días.
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